La acrilamida es un compuesto químico que se forma naturalmente en ciertos alimentos durante los procesos de cocción a alta temperatura, como freír, hornear y asar. Se forma a partir de una reacción entre los azúcares y un aminoácido llamado asparagina. La acrilamida también se usa en procesos industriales, como la producción de plásticos, adhesivos y papel.
La acrilamida ha sido clasificada como un posible carcinógeno humano por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC). Los estudios en animales han demostrado que las altas dosis de acrilamida pueden causar cáncer, y los estudios en humanos han sugerido un posible vínculo entre la ingesta de acrilamida y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer renal y de ovario.
Los niveles de acrilamida en los alimentos pueden variar ampliamente dependiendo de factores como el tiempo de cocción, la temperatura y el tipo de alimento que se está cocinando. Los alimentos que son particularmente altos en acrilamida incluyen papas fritas, papas fritas y café.
Para reducir la exposición a la acrilamida, se recomienda evitar cocinar o quemar alimentos, y comer una dieta equilibrada y variada que incluya muchas frutas, verduras y granos integrales. También es importante seguir las buenas prácticas de seguridad alimentaria, como almacenar y cocinar de manera adecuada.